viernes, 18 de abril de 2014

Vilcabamba, su longevidad y mi pérdida de alma

Llegar a Vilcabamba desde Máncora no es tarea fácil, ya que nada va directo. La opción más viable, luego de pasar varias horas de una mañana calurosa averiguando, es ir hasta Sullana (dos horas y media), de ahí a Loja (unas ocho horas), y por último una hora y media más hasta Vilcabamba.
Cuando subimos al primero de estos micros justo terminaba una película con lo que me ilusioné que iban a poner otra. Pero no. El destino a veces es muy cruel.
Nos tocó otro Conductor Que Gusta Compartir Su Música pero este parecía haber salido, o ser un nuevo negocio, de "Pizzería Los Hijos De Puta", mítico personaje de Capusotto (que entendió todo hace tiempo).
Este muchacho nos compartió a un volumen desconsiderado a una chica (que sea su hermana/mujer/intento de conquista es la única explicación cuasi entendible), posiblemente de la zona, ya que nombraba mucho a Piura, y que al parecer, a causa de un desamor, la pasó muy mal y nos quiso hacerla pasar del mismo modo a todos. Algunos de los nombres de los temas en orden de aparición (porque encima el ingrato dejó las pantallas prendidas) para que vean lo monotemático de la chica: "Ya no creo en el amor", "Olvidado corazón", "Te voy a extrañar", "Ya te olvidé" y "Estoy llorando" (creo recordar que hubo una llamada "Mi triste vida"). Si alguna vez sale a la luz mi viejo y postergado proyecto "No todo es arte", esta chica tendrá un lugar (junto a "Sharknado").
Encima, cuando vi en la pantalla el contador de temas que decía "6 de 184", mis 21 gramos se fueron por la ventanilla abierta.
Aproximadamente, en el tema 30 llegamos a Sullana. Cuando me bajé, me quedé con las ganas de decirle que lamentaba perderme los 150 restantes.
Los siguientes micros, si bien no eran de lo más cómodo, fueron bastante amenos.
El único problema surgió porque en Ecuador, a pesar de estar dolarizado, nadie te acepta billete de 100, y, claro, era lo único que teníamos. Después de pedir por varios lados y definir esperar hasta la apertura de los bancos (faltaban unas dos horas), una cajera se apiadó y nos cambió.
Llegamos a Vilcabamba sin saber muy bien con qué nos íbamos a encontrar, guiados más que nada por las recomendaciones de amigos y de algunos blogs, y nos sorprendió gratamente.
Veníamos, en el último tiempo, de estar en las zonas más deserticas de Perú y llegamos a un pueblo rodeado de puro verde, y en el que la leyenda cuenta que, a causa de su agua con mucho magnesio, la gente vive más (se lo conoce como El Valle De La Longevidad). Quizás debido a esto, hay mucho extranjero de la tercera edad con pinta de eternos jipis viviendo en Vilcabamba.
El primer día, nos quedamos en el hostel relajando tras el largo y conflictivo viaje. Lo negativo fue que en esa merienda se terminó mi dosis viajera de mate cocido (bastante duró igual).
Al otro día, nos fuimos hasta un mirador, al que no tenemos muy en claro si llegamos (parece que es caro poner carteles indicatorios) pero que disfrutamos caminar por los alrededores y ver el pueblo desde la altura ("Lo importante no es llegar, lo importante es el camino"... grande Rodolfito).
A la tarde, hicimos un breve paso por una reserva natural pero, como ya era tarde (a eso de las seis se hace de noche), decidimos ir al hostel a disfrutar la pileta. Claro que el Sistema siempre mete la cola.
Cuando estabamos llegando, se escuchaba fuerte un reggaetonto. "Fiesta en nuestro hostel", dijimos mientras nos reíamos irónicos, creyéndolo imposible. Sin embargo, un cartel en el ingreso nos borró las risas: "Cumpleaños de 15". De fondo, se veía niños correteándose y empujándose a la pileta con esa fatídica música como banda sonora.
Obviamente, huímos al río hasta que terminara la pantomima. Por suerte, cuando volvimos no había rastros de la fiesta.
El tercer día, nos fuimos a conocer La Cascada.
Según el muchacho de la oficina de información turística era una hora de caminata desde donde nos dejaba el taxi. Posiblemente, la escuela de turismo comparta edificio con la de Los Mentirosos De Las Boleterías o fuera de la especie "Guías de Oficina", esos que nunca salen de la misma, porque fueron unas dos horas y media. Lo bueno es que los paisajes de esa caminata son increíbles. Lo malo es que la explicación del guía fue insuficiente para llegar a La Cascada.
Durante dicha caminata se cruzan unas puertas verdes que son una especie de indicadores de que vas bien (¡un cartel te pido Vilcabamba. Yo te lo pago!). Al llegar a la cuarta había una puerta al lado de la verde que ingresa a una casa.
Nosotros, al igual que a lo largo de todo el recorrido y como nos había dicho el guía, fuimos por la verde. Mientras subíamos, del cerro de enfrente, unos trabajadores nos empezaron a gritar (esto no pasa ni en "El señor de los anillos") y a señalar que fueramos para otro lado.
Agarramos otro camino y nuevamente los gritos nos hicieron volver atrás.
Salimos de la puerta verde y nos metimos por la de al lado, que estaba con un candado, y ahí, desde enfrente nos dieron el visto bueno. Bajamos unos cinco minutos y, finalmente, llegamos a La Cascada que, a decir verdad, no es una cosa que digas "que bruto, que pedazo de cascada" pero es un buen punto final para el camino (sin contar que faltaban las dos horas de regreso).
Cuando llegamos (al final fueron unas tres horas sumando la parte que habíamos hecho en taxi a la ida y que a la vuelta la caminamos) nos gratificamos con una Pilsener helada y unos panqueques de jamón, queso y tomate (ah no, nosotros los gustos nos los damos en vida).
Al otro día, tras un breve episodio nocturno de cucarachas acechando nuestra comida, salimos para Cuenca.

"Hice un lugar en el refugio de mis sueños y guarde ahí mi tesoro mas preciado. Donde no llega el hombre con sus jaulas ni la maquinaria de la supervivencia. Me fue mas fácil, intentar la vida, que venderla al intelecto y la conformida"
("Hablando de la libertad", de La Renga)


5 comentarios:

  1. Primero: Llegar a un hostel y encontrarse con un una fiesta. ¡Recordé inmediatamente el que compartimos en Rosario y saboreé el dulce sabor de la venganza.
    Segundo: Después de dos meses y alguito entre mentirosos profesionales... ¿no aprendieron a desconfiar de las indicaciones aportadas por empleados de turismo y de boleterías? ¡Ufa!
    Tercero: Cambio despechada piurana por "princesita" -también despechada-argentina.
    Cuarto: Fede, volvé. Acá hay mate cocido para rato.

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  2. Después de varias semanas, vuelvo a estar al día con su Blog! Que viajecito eh! Clap! Clap!
    Este finde de pascuas me di cuenta que no se si extraño más el 1882 que acostumbraba traer mi concuñado a las reuniones familiares o a los grande viajeros!
    Cuenten algo más de Ecuador!!!

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    1. Gracias concuñado, en breve compartiremos un fernet y hablaremos de fútbol. Abrazo.

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  3. Por si extrañas sus hermosas canciones, te dejo el link del disco de corazón serrano y todos sus hits!

    https://www.youtube.com/watch?v=CqreHNvKIfA

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