El sistema te chupa y no quiere soltarte. No importa que seas un insignificante número totalmente reemplazable, el sistema quiere que sigas en él para poder sacarte lo poco o mucho (depende como se lo vea) que tengas. Y te persigue.No te deja escapar tan fácil. Porque además te genera una adicción, una necesidad.
Primero tuve que mandar por tercera vez, esta desde Jujuy, el telegrama de renuncia (y juro que ninguna fue por error mío).
Pero después vino lo peor. Luego de cuatro horas, según La Señora De La Boletería (casi 6 horas en el mundo real en el que vivimos), llegamos a La Quiaca.
Una vez en el hostel ("Copacabana", bastante coqueto y barato), averiguamos para ir a Uyuni o Tupiza, ya con la idea de relajar lo que restaba del día. Cuando le pedimos la clave de WiFi para ver si valía la pena ir a Tupiza, nos llegó un nuevo aviso del sistema: "Estamos sin Internet. Se cayó una antena en La Quiaca, y por los próximos días no va a haber ni Internet, ni teléfonos, ni cajeros".
En un principio no nos pareció problemático hasta que caímos en la cuenta de que no habíamos sacado toda la plata que necesitábamos para estar un mes en Bolivia.
El sistema nos mostraba cuanto lo "necesitamos" (es verdad que también hay un pequeño error de cálculos nuestro).
Encima los pronósticos eran poco favorables: tres días más sin servicios, sin comunicaciones, y el cajero más cercano que funcionaba en Humahuaca.
"Pero aquí estoy varado en La Quiaca"
(La versión original dice Barajas. "Barajas", de Karamelo Santo)
viva mi cuñado punk anti sistema !!! jajaja
ResponderEliminarGracias cuñada
Eliminarjajajajaj!! Groso Fede! me mato de risa, no puedo parar de leer! a mi si me va a comer el sistema... sino me pongo a trabajar y dejo el entretenimiento para luego...
ResponderEliminarGracias Naty. Dejá todo. Besos.
Eliminar