viernes, 14 de febrero de 2014

La venganza del sistema (parte 2)

Me desperté a las ocho. Sin despertador. El sistema me estaba ganando.
Decidimos que yo me iba a Humahuaca, donde un rumor decía que se podía sacar con cualquier banco por caja, y La Patrona se quedaba en La Quiaca con los bolsos. Como, obviamente, seguía sin arreglarse el tema de la antena íbamos a estar incomunicados.
La Señora De La Boletería volvió a engañarme. Dos horas en su horario se transformaron en tres y monedas en el mundo real. Claro que en el medio, y para no extrañar Mi Buenos Aires Querido, en Tres Cruces nos cruzamos un piquete (al parecer porque el intendente de la zona los tiene olvidados, así que bastante válido).
Mientras parte del micro festejaba porque a causa del piquete "no nos iban a revisar" (mejor ni saber que llevaban), yo me imaginaba unas horitas bajo el sol jujeño. Al parecer el chofer pensó como yo porque frenó y puso una película ("Yes, man", gran comedia).
Sin embargo, a los dos minutos nos dejaron pasar.
Pensé que por fin todo jugaba a mi favor. Pobre iluso.
Como bien dije, lo de Humahuaca era solo un rumor. Así que definitivamente me tenía que ir a Jujuy. El Señor Poco Amable De La Boletería me aseguró que en dos horas llegaba (esta vez no le creí).
Encima, antes de sacar el pasaje, hice las cuentas y me di cuenta que, aunque El Señor Poco Amable De La Boletería me dijera la verdad, ya no llegaba al horario bancario... y La Patrona en La Quiaca... y seguíamos incomunicados. El sistema...

"Puto dinero. La sociedad de consumo me ha convertido en su servidor"
("Consumo gusto", de Ska-p)

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